Elizabeth Tibbetts explico que “Las avispas y los seres humanos han evolucionado independientemente de forma similar respecto al aprendizaje de algunos mecanismos, a pesar de que todo lo relacionado con la forma en que percibimos el exterior y la forma en que los dos cerebros están estructurados son diferentes”.
Según la web abc, en anteriores estudios, la bióloga demostró que estas avispas reconocen a los individuos de su especie por las variaciones de sus marcas faciales y que reaccionan de forma agresiva frente a las avispas desconocidas.
Se observó que estos insectos eran capaces de reconocer con precisión dos caras inalterables de su misma especie más rápido que entre fotos de otros animales.
Dicha habilidad es importante para estas avispas pues sus múltiples reinas establecen nidos comunales y aumentan la descendencia de forma cooperativa, pero también compiten para formar una jerarquía de dominancia lineal.
Según los autores, la flexibilidad de la evolución del aprendizaje facial en las avispas es sorprendente y sugiere que el conocimiento especializado puede ser una adaptación generalizada para facilitar tareas complejas de comportamiento tales como el reconocimiento individual.