
Además de los signos visibles del envejecimiento, como el pelo cano, los veterinarios precisan: “Los perros empiezan a ser mayores a los 8 o 9 años. Cada raza tiene su particularidad. Los dálmatas, por ejemplo, suelen sufrir males del oído; los pastores alemanes, de displasia de cadera, así como los rottweiler. Los bóxer presentan, con frecuencia, problemas de tumores, ya que tienen predisposición; por ello es probable que al extirparles uno, vuelva a salir otro”.
Asimismo, estas enfermedades son de tipo crónico, por lo que los canes sufrirán los estragos prácticamente durate toda la vida. Por ello, la clave, además de los medicamentos, es asegurarse de diagnosticar el mal a tiempo y darle una mejor calidad de vida.
¿CÓMO ESTÁ MI PERRITO?
“Un perro de la tercera edad primero debe ser evaluado por un médico veterinario para verificar el funcionamiento de los órganos más importantes, como el corazón, riñones e hígado.
De igual modo, se debe evaluar el sistema óseo, dado que en esa etapa es muy común que se deteriore y, por ende, no funcione correctamente”, sostienen los profesionales.
¿CUAL ES LA CLAVE?
Una buena alimentación es la base para que un perro esté bien durante este período. “Casi todas las marcas de alimentos tienen uno que cubre los requerimientos nutritivos variables según la edad. Asimismo, se les debe dar de comer en horarios fijos y sacar más seguido para hacer sus necesidades, dado que su capacidad de retención disminuye con los años”. Indican los veterinarios.
Recuerde que conforme llega a la tercera edad, la frecuencia de los paseos de la mascota disminuye, ya que se volverá sedentaria y querrá estar más en casa.
No olvide vacunar a su mascota viejita cada año y desparasitarla como mínimo cada seis meses. Solo queda entender que es una etapa más en la vida.