Esta raza se llama “Cartujo” ya que vivían en los monasterios de los monjes que se identificaban bajo el mismo nombre, y era utilizado para cazar ratas en un momento en que la peste bubónica se había desatado en toda Europa. El gato se habría dado un voto de silencio, un rasgo que persiste hasta el día de hoy ya que los Cartujos maúllan muy poco.
Aunque el gato de raza Cartujo tiene un cuerpo macizo, musculoso y pesado resulta extremadamente flexible y ágil, son reconocidos también por su excelente capacidad de brincar grandes alturas. Es de talla mediana; tiene la espalda y el pecho anchos al igual que el cuello. Las patas son fuertes, musculosas y no demasiado altas. La cabeza tiene forma de trapecio invertido con mejillas anchas. El hocico es triangular con una nariz recta y ancha. Las orejas son de porte alto, muy anchas en los machos adultos.
En el comportamiento de esta raza hay que destacar que es muy sociable y buen cazador. Los ejemplares bien sociabilizados suelen ser muy mansos y afectuosos, aunque con una personalidad fuerte. No resulta extraño que siga a su dueño por toda la casa como si fuese un perro, por lo que muchos lo denominan el “gato-perro”; aunque esto no significa que por ello deje de ser independiente.
Quien tenga un Chartreux o cartujo como mascota estará bastante complacido, ya que su carácter tranquilo le permite ser fácilmente entrenado para que conserve su carácter bien educado y familiar. Además de que como cuidado sólo requerirá cepilladas regulares que le ayuden al mantenimiento de su denso pelaje.