El caballo Falabella toma el nombre de la familia que perfeccionó la raza en Argentina la criando a este simpático equino en el Recreo de Roca, en campos cercanos a la provincia de Buenos Aires.
Sus genes provienen del Shetland (raza inglesa) que es un caballos miniatura en una versión reducida del Pura Sangre. Llega a medir como máximo 80 centímetros.
Estos caballos son más propenso a la domesticación, incluso en los hogares campestres se lo suele dar un trato similar al que recibe un perro, con caricias, paseos amarrado a una soga y compañía constante de los dueños de casa. Es inteligente, manso y afectuoso, totalmente inofensivo, lo cual aumenta el cariño que despierta en los niños.

Su pelo es largo y sedoso, presenta una variedad de colores con predominancia de negro y castaño, los más difíciles de encontrar son los manchados, las crines son muy tupidas, largas y fuertes. Si bien es armónicamente pequeño a veces su cabeza resulta más grande, en proporción, que el resto del cuerpo.
Por su condición destacada de caballo-mascota es muy requerido en todo el mundo, en EEUU es una raza muy buscada. Si bien no son usados para montar, no resisten gran peso por su pequeña contextura, sí son capaces de arrastrar medianas cargas.
Por sus genes de “enanismo” aun cuando son cruzados con caballos más voluminosos las crías conservan esta particularidad. Entre otras diferencias con caballos de estatura normal es que el período de gestación es de un año o más, a diferencia de las otras razas que suponen 10 meses. También es más prolongada su expectativa de vida, rondando los 40y 45 años, lo cual nos da la esperanza de que si adoptamos a este amigo leal podemos llegar a pasar junto a él un largo y entrañable tiempo.