El hombre afectado también habría transmitido el virus a un mono tití en dicho año y luego este contagió a muchos otros provocando la muerte de 19 de ellos.

Los científicos hallaron el singular virus al examinar los pulmones de los simios muertos y para ello previamente consultaron si algún empleado de laboratorio u otro mono había enfermado. Fue entonces que descubrieron que uno de los empleados que tenía contacto muy cercano a los monos se reportó por la misma fecha con fiebre, escalofríos, dolores de cabeza, tos seca y congestión pulmonar.
A diferencia de la gripe, no existía documentación previa de que este virus se haya transmitido de una especia a otra.
“Ahora los adenovirus se pueden añadir a la lista de patógenos que tienen la capacidad de cruzarse entre especies”, indicó el director del centro de diagnóstico viral de California.
Sin embargo, la dirección de la propagación del virus de los monos a los seres humanos o viceversa sigue siendo un misterio. El centro UCSF realiza estudios en seres humanos y monos de Brasil y África para determinar si el TMAdV es común en las poblaciones silvestres de monos y si se ha propagado a los seres humanos que viven cerca, informó Europa Press.