Podemos decir que si bien el cerdo es una mascota no tradicional, se trata de un animal fácilmente domesticable, cariñoso e inteligente. Pero fundamentalmente es un animal sumamente limpio, contrariamente a lo que creemos. Si lo elegimos como mascota, debemos tomar en cuenta algunos puntos.
Antes de decidirnos tenemos que ver si disponemos del tiempo y espacio suficiente. Necesitan caminar bastante, así que requieren de un jardín de mediano a grande, por más que lo saquemos a hacer sus caminatas, con la debida correa. Viven entre 20 y 30 años, por lo que contraemos un compromiso a muy largo plazo. Ante la duda, no lo haga.

Lo ideal es elegir un cerdo vietnamita, por su pequeño tamaño. Claro que tampoco se puede decir que es muy pequeño: llega a pesar 50 kg y mide aproximadamente medio metro. De color negro, con algunas manchas, suele tener un carácter muy amigable, aunque es muy importante educarlo desde muy pequeño, ya que no le gustan mucho los cambios.
Hay que fabricarle una vivienda, algo levantada del piso, con materiales adecuados. Por supuesto que el corral debe estar muy limpio. Fácilmente se acostumbran a hacer sus necesidades en un solo sitio, con un mínimo de entrenamiento.
Para la alimentación hay que tener cuidado. Los balanceados son muy buenos, pero ver que no sean para engorde (lo más común en plaza), ya que ganan peso a gran velocidad. Alternar frutas y verduras con el balanceado es ideal.
Son muy inteligentes y cariñosos. En cuanto a su conducta social, se asemejan a los perros, en cuanto a jerarquías refiere. Es importante, entonces, marcarle rápidamente que no es el “jefe”, si queremos evitarnos problemas.
Requieren control veterinario periódico, para recibir vacunas y hacer control de parásitos.