León Bekker se declaró culpable por violar la Ley de los Recursos Vivos Marinos que incluye el intento de matar, molestar o estar en posesión de un tiburón blanco sin un permiso.
León Bekker informó que no tenía idea de que en un principio se había enganchado este gran animal a su equipo de pesca, pero igual se declaró culpable para no perder el tiempo en la corte.