Una de las tortugas se llamaba “Manglita” a quien recientemente se le había instalado un equipo de seguimiento para conocer sus hábitos, como parte de un proyecto del programa internacional Iniciativa Carey del Pacífico Oriental (ICAPO), el MARN y organizaciones ambientalistas.
“Manglita” al parecer murió a causa de un explosivo usado por pescadores artesanales y la otra tortuga se atragantó con un anzuelo de una red en la que quedó atrapada.
Según El Diario de Hoy, los pescadores arrancaron el equipo electrónico a “Manglita” y le destruyeron el caparazón al otro ejemplar; ambas tortugas fueron sepultadas ese mismo miércoles en la playa de Jiquilisco.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasifica a la tortuga carey como una especie en “peligro crítico de extinción”, según expertos que participaron en un foro regional sobre estos quelonios el pasado día 17 en San Salvador.
Fue en el marco del foro que, al día siguiente, se instalaron equipos de seguimiento a tres tortugas, entre ellas “Manglita”, en un acto celebrado en la bahía de Jiquilisco.
Los expertos indicaron que se calcula que sólo quedan unos 500 ejemplares de tortuga carey en aguas tropicales del Pacífico Oriental, desde Estados Unidos hasta Sudamérica, área en la que El Salvador es considerado como el principal país de anidación de la especie.
Ante las amenazas que enfrenta la especie, el MARN, la ICAPO y otras organizaciones desarrollan proyectos de conservación, que incluyen la protección de huevos en las zonas de anidación.