Al Caracal se le llama en ocasiones "lince africano", pero no está estrechamente emparentado con los linces. Parece estar más relacionado evolutivamente con el serval, un pequeño y patilargo felino africano con el que en cautividad se puede cruzar, generando híbridos llamados "caravales" y "servicales".
El Caracal caza y se alimenta de pequeños mamíferos, como liebres, roedores, damanes e incluso crías de antílope, pero sus presas preferidas con diferencia son las aves. Puede capturarlas incluso después de emprender el vuelo gracias a su capacidad para realizar portentosos saltos. En otras ocasiones ataca a las aves mientras anidan, aunque lo hagan en la copa de los árboles, pues el caracal trepa bastante bien. Al parecer, ni siquiera las águilas escapan a sus ataques.
Los Caracales se domestican con facilidad, razón por la que su agilidad y velocidad han sido aprovechadas en distintas épocas en Persia, Egipto y la India para la caza. Lamentablemente, el propio Caracal se ha considerado también durante mucho tiempo como una valiosa presa, razón por la cual ha sido cazado desde tiempos muy antiguos. En la actualidad, la especie está protegida en varias zonas de su área de distribución, aunque la especie en conjunto no se encuentra amenazada. Sólo la subespecie de Asia Central corre un auténtico peligro.