De siete años de edad, este collie tenía tres veces el tamaño normal para un perro de su raza. Su anciano propietario, alimentaba a “Cassie” con dulces, chocolates y papas fritas, todos los días y admitió que nunca había comido comida para perro.
El personal, impresionado por su peso, inmediatamente puso a Cassie en una dieta rigurosa, para ayudarlo.
Cassie tuvo que ser afeitado por las dolorosas úlceras, causadas por su gordura y falta de cuidado.
El tratamiento aplicado consistió básicamente en una alimentación única de comida para perros, en porciones que se fueron disminuyendo en forma gradual, así como una rutina paulatina de ejercicios, incluyendo caminatas por el parque, cinta (como se ven en la más pequeña), e hidroterapia en una pileta.
Los progresos fueron maravillosos, aunque Cassie perdió su título de perro más gordo del mundo.