Este pez recibe diversos nombres: el cardenal, el neón tetra, tetra cardenal; es originario de las aguas dulces de Perú, Colombia, Brasil y principalmente de los ríos de la zona amazónica, aunque se lo ha llevado a diversas locaciones. Es requerido en todo el mundo, por los coleccionistas y amantes de acuarios, por su destacada luminosidad que destella y atrae.
Su tamaño es de apenas 5 centímetros, con el cuerpo alargado, lateralmente plano y una aleta adiposa. En la adultez, el machos es más fino y delgado que su compañera que es más robusta. Presenta una brillante franja verde-azulada que impacta por la vivacidad del color; ésta se extiende desde la boca hasta más de la mitad del cuerpo, en donde se enlaza con otra línea de color rojo estridente que llega hasta la cola. Tales franjas, la azulada y la rojiza, transmiten la sensación de una luz encendida que le valió el nombre a la especie y la admiración de todo el que aprecia a la naturaleza.

Sus ojos son pequeños y bien redondos, el iris de es de color azul verdoso brillante, en consonancia con su más evidente brillo corporal.
Su carácter pacífico y sociable se refleja en su modo de desplazamiento, siempre acompañado. En caso de tenerlo en acuario se recomienda que no sean menos de seis los ejemplares que integren el cardumen Se alimentan especialmente de gusanos y por su procedencia, de arroyos selváticos, gustan de estar entre las plantas y vegetación.
Su reproducción no es nada sencilla en el medio artificial. A partir de los 7 a 9 meses están biológicamente listos para reproducirse, las condiciones como el peso del agua, la luminosidad a la hora de depositar los huevos y los extremos cuidados que exigen los alevines en los primeros tiempos de vida hacen que te interiorices en muchas de estas cuestiones para que la cría llegue a buen término y estos hermoso ejemplares sigan brillando.