El caballo Berberisco es originario del Norte de África, Marruecos, de donde proviene su nombre, según dicen a los antiguos marroquíes se les decía “Bereber”. En la antigüedad los musulmanes invadieron España con estos caballos, de igual manera que lo hicieron montados en el Pura Sangre árabe. Muchos dicen que los Hijos de Ismael no solo llevaban el Islam como revelación a los pueblos que conquistaban, sino que también llevarían consigo al Berberisco.
Por ser caballos del desierto son robustos, resistentes, pueden pasar días en ayunas, todo ello se los enseño la experiencia y las largas travesías por el desierto africano. Además soportan el calor, son dóciles e ideales para viajar en caminos que otros caballos no podrían.

Como este caballo está en peligro de extinción ha sido cruzado con otros, uno de ellos es el Pura Sangre árabe del cual ha heredado algunos aspectos físicos. Se cree que el original era de rasgos más fuertes.
El berberisco es de cuerpo corto y fuerte, sus patos son muy delgados pero resistentes. La crin y la cola son largas y espesas. Sus cascos son duros, ello le permite trotar veloz mente, lo increíble es que sus delgadas y estrechas patas pueden con su cuerpo y con un jinete, eso sí hay que cuidarlo de una posible fractura. El pelaje de éste suele ser tordillo, pero antiguamente era zaino oscuro y negro, este cambio se debe a los cruces con otras razas. Y su altura oscila entre 1.45 a 1.55 metros.
Aunque se han perdido algunos rasgos de su físico por los cruces que se han hecho con el árabe, también algunas características se han mejorado como lo es el tamaño de su cabeza y su cuello, pero estos no han sido modificados del todo ya que sigue teniendo un cuello potente y su perfil convexo.