Utilice estos síntomas como guía para saber si su perro es un anciano:
Si su perro no responde por su nombre o a las órdenes verbales, o de repente ladra sin motivo alguno, puede suponer problemas auditivos.

Una sed excesiva y orinar de manera frecuente e incontrolada son signos de problemas renales o diabetes.
Si orina de manera inadecuada puede significar incontinencia causada por un desequilibrio hormonal, que es más frecuente en hembras esterilizadas, o debido a otros problemas médicos. Contacte con su veterinario si observa incontinencia en su perro.
Un perro anciano tiene más tendencia a sufrir enfermedades dentales y gingivales. Debido a la inflamación de las encías o a la pérdida de piezas dentales, puede que se le caiga la comida de la boca o incluso negarse a comer.
Los perros pueden padecer insuficiencia cardíaca. Tos, dificultad respiratoria y cansancio indicarían posibles problemas cardíacos.
Una leve capa azulada en los ojos de su perro es normal y no suele afectar a la visión. De todos modos, el leve crecimiento blanquecino de las cataratas puede conducir a la ceguera. Su veterinario puede ayudarle a distinguirlo.
Al igual que las personas, el metabolismo del perro se ralentiza al hacerse mayor. Y es por ello que los perros ancianos no son tan activos como solían ser, y tienen tendencia a ganar peso. Para afirmar si nuestro perro tiene sobrepeso, coloque sus pulgares en su columna y presione ligeramente sobre su caja torácica. Si no puede notar sus costillas, probablemente necesita perder un poco de peso. Además su cuerpo debe estrecharse ligeramente por detrás de las costillas.
Una súbita pérdida de peso o una pérdida de peso crónica no planificada debe ser comunicada a su veterinario. Puede indicar un problema de salud.
En los perros ancianos, la piel se engrosa y se vuelve menos flexible. Es aconsejable examinar la piel del animal por si existieran bultos en la piel. Podrían ser tumores, quistes o cáncer.
Apreciará también cambios en su pelo, como pelos grises alrededor de su hocico y orejas y bigotes más claros. El pelaje del perro puede perder volumen y se vuelve áspero al envejecer.
A medida que un perro envejece, notará que hay una disminución en el nivel de energía. Puede cansarse más fácilmente y le gusta echarse una siestecita. Puede padecer cojeras en sus extremidades, cadera o en los hombros. Puede ser simple desgaste, o puede ser resultado de una antigua lesión o un signo de artritis. Consulte con su veterinario para conocer una opinión profesional y un tratamiento adecuado.